En el periodo enero-septiembre de 2019 se vendieron 6 354 toneladas de cerdo en piezas, de las cuales el 90.4% correspondieron a ventas en los Mercados Agropecuarios Estatales (MAE), una contracción de 12,6% en relación con las toneladas vendidas en igual periodo del año anterior. Las ventas de carne de cerdo en los mercados agropecuarios cubanos se encuentran muy concentradas en los MAE y los Mercados de Oferta y Demanda (MOD) no funcionan tanto como competidores de los MAE, sino como un mercado complementario. Los “topes” de precios en los MAE parecen haber impedido la inflación abierta, pero la medida no modificó las condiciones subyacentes de la inflación (el déficit de oferta) y por tanto la inflación se manifestó como inflación reprimida. Para reducir precios, el incremento de la producción es importante, pero la prioridad deben tenerla el aumento de la productividad y la reducción de los costos. Es especialmente complicado tratar de efectuar una transformación estructural que demoraría tiempo en materializar sus posibles efectos positivos cuando, en el corto plazo, funcionaría una complicada “trinidad” –inflación reprimida, carencia de divisas y devaluación- que pudiera elevar notablemente los precios de una de las principales fuentes de proteínas de la dieta del cubano. Se necesitarían acciones de política económica al menos en tres direcciones principales: productividad, modificación del aparato productivo, y subsidios a grupos específicos de consumidores.