Travesía en tres fases hacia las PYMES en Cuba: una propuesta para “destrabar” fuerzas productivas
El establecimiento de PYMES en Cuba tiene urgencia y es relevante para la secuencia de transformaciones del tejido empresarial del país. Las PYMES deben empezar a establecerse cuanto antes y siempre con anterioridad a cualquier proceso de redimensionamiento de la empresa estatal o de devaluación de peso cubano. En vez de considerar la creación de PYMES de manera separada de la reforma del trabajo por cuenta propia (TCP) –como sucede ahora- debería asumirse como parte de un proceso único de tres fases en el que la flexibilización del TCP sería la fase inicial a partir de la cual se avanzaría hacia una normativa de PYMES que le permitiese al sector privado alcanzar un mayor nivel de productividad que fuese compatible con el proceso de desarrollo nacional. No conviene embrollar la tarea con algo no definido a lo que se le llama PYMES estatales y cuyo ámbito de solución corresponde a una reforma de la empresa estatal que secuencialmente debería ser posterior al establecimiento de PYMES privadas.