El racionamiento del gas licuado (GLP) para el consumo de los hogares en Cuba se ha explicado como consecuencia del recrudecimiento de las sanciones de EE.UU contra Cuba. Parece existir, además, un problema de sustentabilidad a largo plazo respecto al modelo de consumo de GLP.

El gas licuado ha sido, desde que comenzó a venderse “libremente” en 2013, paralelamente a un sistema “racionado”, la forma de energía de más rápido crecimiento en los hogares de Cuba. Ese consumo de “la población” representa aproximadamente el 60% del consumo total de GLP.

Fuente: ONEI. Anuario Estadístico 2018. Tabla 10.12 – Consumo de energía en los hogares. ONEI. Anuario Estadístico 2015. Tabla 10.13 – Consumo de energía en los hogares.

El modelo de consumo de GLP de Cuba depende en alto grado de las importaciones. Estas redujeron el peso desproporcionadamente alto que tuvieron en 2013 y desde entonces la cifra ha oscilado, con un incremento en 2017.

Fuente: ONEI. Anuario Estadístico 2018. Tabla 10.11 – Consumo de petróleo crudo y derivados del petróleo en actividades económicas y por la población y tabla 10.7 – Importaciones de derivados del petróleo. ONEI. Anuario Estadístico 2015. Tabla 10.12 – Consumo de petróleo crudo y derivados del petróleo en actividades económicas y por la población y Tabla 10.7 – Importaciones de productos energéticos.

No hay datos posteriores a 2017, pero es probable que la proporción de las importaciones en el consumo de GLP haya crecido, o cuando menos se ha mantenido a niveles altos.

Fuente: ONEI. Anuario Estadístico 2018. Tabla 10.5 – Producción de derivados del petróleo, tabla 10.11 – Consumo de petróleo crudo y derivados del petróleo en actividades económicas y por la población y tabla 10.7 – Importaciones de derivados del petróleo. ONEI. Anuario Estadístico 2015. Tabla 10.6 – Producción de derivados del petróleo, tabla 10.12 – Consumo de petróleo crudo y derivados del petróleo en actividades económicas y por la población y Tabla 10.7 – Importaciones de productos energéticos.

Un modelo de gestión de GLP –con tendencia reciente hacia el incremento del consumo- en un marco de limitada e inestable producción nacional lo hace muy dependiente de las importaciones y por tanto aumenta los riesgos de sustentabilidad del modelo.

En la actual “coyuntura” no parecen existir opciones al racionamiento del gas licuado, pero la solución de largo plazo parece necesitar un cambio en el modelo actual de gestión del consumo de energía de los hogares de Cuba.