En el plan de la economía cubana para 2020 hay dos indicadores importantes que se prevé que crezcan alrededor del 20%: la circulación minorista y la inversión. Con anterioridad había comentado la circulación minorista (1). Anoto ahora unas breves consideraciones sobre la inversión.
Como se sabe, la inversión es un indicador crucial tanto para el crecimiento económico en el corto plazo, como para el proceso de desarrollo. La estructura de una economía es, en un momento dado, el resultado de anteriores decisiones de inversión. Modificar esa estructura necesita nuevas inversiones, frecuentemente en direcciones distintas a las anteriores.
No solamente se trata de un problema del cambio en las prioridades de inversión, sino que se reconoce igualmente, que, para que un país pueda avanzar hacia del desarrollo, debe contar con tasas de inversión relativamente altas. En el caso de Cuba, se estima que deberían ser superiores al 25%. Es decir, que el monto de inversión debe representar, cuando menos, una cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB).
Sobre este punto conviene una aclaración. En las Cuentas Nacionales (el registro de los principales macroindicadores) la inversión de mide por el indicador “formación bruta de capital” (FBK).
Consecuentemente, la tasa de inversión se obtiene al dividir la FBK entre el PIB. El detalle que debe ser tomado en cuenta es que esa misma operación aritmética pudiera producir valores distintos en dependencia de la serie estadística que se hubiera utilizado.
Cuando se emplean los datos valorados en precios corrientes, la tasa de inversión normalmente es una cifra menor que cuando se utilizan los precios “constantes” (deflacionados), es decir depurándolos del incremento de precios y ajustándolos a un año base para hacer asegurar la comparabilidad de la serie.
Por ejemplo, la tasa de inversión en Cuba en 2018 medida a precios corrientes era de 12%, mientras que la tasa era de 15,8% cuando se calcula sobre la base de precios constantes con año base 1997 (Ver tabla 5.2 del Anuario Estadístico de Cuba).
Existe un indicador adicional sobre la inversión, distinto al anterior. Se expresa en precios corrientes y contiene un desglose de la inversión total entre diferentes ramas de la economía. (Ver sección 12 del Anuario Estadístico de Cuba).
En estos momentos, la estadística completa más actualizada sobre la inversión es la correspondiente a 2018. Los datos fragmentados sobre inversión en 2019 y planes para el 2020 deben ser extraídos de las presentaciones de funcionarios y de algunos documentos aislados.
Sobre la base de la información disponible, existen cuatro aspectos acerca de la inversión que deberían ser considerados:
- Divergencia entre el moderado incremento de la tasa de inversión y la tendencia a la baja de la tasa de crecimiento económico

Fuente: ONEI. Anuarios Estadísticos 2015 y 2018. Datos en precios constantes.
Los datos del gráfico no permiten establecer una relación de causalidad, pero evidencian que la mejoría de la tasa de inversión no ha sido suficiente para dinamizar la economía nacional, la cual presenta una tendencia hacia cada vez menores tasas de crecimiento económico (tendencia representada por la línea roja discontinua).
2. Tasa de inversión creciente, pero acompañada de un menor peso relativo de la inversión en maquinaria y equipos

Fuente: ONEI. Anuarios Estadístico 2018. Datos en precios constantes.
En el periodo 2013- 2018 se amplió la brecha entre los dos principales componentes de la formación de capital bruto, creciendo la parte dedicada a la construcción y reduciéndose desde 2016 la inversión en maquinarias y equipos.
3. Acentuado desbalance sectorial de la inversión

Fuente: ONEI. Anuario Estadístico 2018. Sección 12.
El agudo desbalance sectorial es probablemente la característica más sobresaliente de la actual dinámica de la inversión en Cuba.
Parece responder a un enfoque de estrategia de desarrollo “desbalanceada” que se apoyaría en la actividad turística. No toda la inversión reflejada bajo “Servicios empresariales, actividades inmobiliarias y de alquiler” es inversión turística, pero es razonable asumir que la mayor parte lo es.
Se trata de un patrón sectorial de inversión que se justificaría en el supuesto de que el turismo funcionase como sector “líder” de la economía cubana, pero eso es algo que no parece estar operando actualmente.
Para que un sector pueda funcionar como actividad líder se necesitan al menos tres características simultáneas: altas tasas de crecimiento de la actividad que no estén limitadas por las condiciones de la economía interna, escala relativamente grande que hace viable los encadenamientos productivos, y la existencia de potencial para ulterior expansión de la actividad.
Actualmente solo parece existir la tercera característica (potencial para la expansión).

Fuente: ONEI. Anuario Estadístico 2018. Sección 15.
Existe evidencia de que esa enorme inversión en el turismo está ampliando hoy una capacidad hotelera que se mantiene con un bajo nivel de utilización.

Fuente: ONEI. Anuario Estadístico 2018. Sección 12.
El gráfico anterior ilustra el efecto limitador que puede derivarse de una estructura altamente desbalanceada de las inversiones. Mientras que el por ciento de la inversión se mantenga relativamente estancado en una industria como la cubana, que se encuentra altamente descapitalizada, y que oscile hacia la baja en un sector como el agro, que tiene la menor productividad sectorial del país, muy difícilmente puedan resolverse los déficits de encadenamientos productivos de los que tanto se habla hoy. Establecer y reactivar encadenamientos necesita inversión en la industria y en el agro, a niveles muchos mayores que los que existen actualmente.
4. Incumplimiento de planes
Se insiste oficialmente en cumplir los planes de inversión, incluyendo la meta de que estas alcancen los rendimientos previstos en los proyectos.
Eso no ha ocurrido en años recientes. En 2018 el plan de inversiones se incumplió en 15% y en 2019 se incumplió en aproximadamente 10%.
Se han explicado oficialmente las razones en varias oportunidades, entre las que se incluye el factor del incremento de las sanciones económicas de EEUU contra Cuba.
Sin embargo, se ha planificado un crecimiento de las inversiones de 19% en 2020.
Es un crecimiento en precios corrientes que no solamente es elevado, sino que se ha estimado de una manera que pareciera que los incumplimientos de los dos años anteriores no fuese un factor a tener en consideración.
La meta de crecimiento de la inversión para 2020 parece ser un objetivo problemático.
Nota
Ver, “¿Debería moderarse la inversión en el turismo en Cuba?”, El Estado como tal, 12 de julio de 2019https://elestadocomotal.com/2019/07/12/deberia-moderarse-la-inversion-en-el-turismo-en-cuba/
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