Ventas internas en divisas en Cuba: el efecto Gulliver

La próxima apertura de un mercado estatal dolarizado en Cuba especializado en ventas de bienes de consumo importados es un tema que puede ser analizado desde diferentes perspectivas. Considero que la más importante es la que corresponde a un enfoque de desarrollo, es decir, la relación que pudiera existir entre ese tipo de mercado y grandes variables que son capaces de modificar el modelo económico en el largo plazo: ahorro, inversión, productividad.

Sin embargo, el tema también incluye posibles análisis desde un enfoque de “negocios” que, en lo particular, no me interesa mucho en sí mismo sino como complemento de evaluaciones desde la perspectiva del desarrollo.

 Desde ese enfoque de “negocios”, pudiera ser interesante identificar la manera en que el nuevo mercado interno dolarizado creado para las empresas estatales pudiera modificar formación de precios en ese segmento del mercado y posiblemente pudiera afectar el empleo y con las dinámicas del sector privado.

Es un tipo de análisis que requiere contar con información relativamente precisa para un grupo diverso de productos importados, pero esa información no se encuentra disponible por el momento.

Por esa razón, se ha seleccionado aquí un solo producto: el equipo de aire acondicionado Split 1 Ton 12000, BTU 220/1/160 HZ R410A M/ROYAL que forma parte del surtido de las nuevas tiendas.

No todos los datos que se necesitan para el análisis son exactos, pero parecen ser suficientes para intentar arribar a conclusiones aproximadas.

Los datos conocidos

Precio anunciado del producto en las tiendas estatales en divisas: 361 USD.

Precio privado que más se repitió en la semana anterior al 15/10/2019: 670 USD (aprox. 650 CUC).

Precio privado más bajo observado en la semana anterior al 15/10/2019: 618 USD (aprox. 600 CUC).

Precio mayorista en Zona Libre de Colón:  170 USD.

Tasa de cambio utilizada: 1,03 CUC = 1 USD (tasa observada el 15/1072019, antes del anuncio de la medida).

Los supuestos utilizados

La suma de gastos específicos para colocar el producto en el mercado interno cubano utilizando el servicio de empresas especializadas en Panamá sería de 130 USD.

O sea, se asume un costo de 100 USD por el servicio prestado por empresas panameñas y aproximadamente el equivalente adicional de 30 USD por los trámites y tasas para retirar el producto de la aduana cubana.

El ejercicio se concentra en dos variables:

  1. Precio del producto.
  2. Margen sobre el precio de venta, pero considerando aquí el margen como la diferencia entre el precio final de venta y el precio mayorista de Zona Libre (170 USD).

Es decir, no se trata de un margen de ganancia, pues la definición de margen que se utiliza aquí incluiría la ganancia más algunos costos adicionales al precio de adquisición mayorista del producto como pudieran ser gastos de pasaje, hotel, comidas, y transporte interno. Como se ha aclarado antes, a los efectos de simplificar el ejercicio solamente se consideran como “costos” los gastos específicos de traslado del producto al mercado interno cubano. Los demás gastos se incluyen en el margen que existe por encima de los gastos específicos .

Se supone que una persona exporta solamente dos equipos a Cuba.  

Debe considerarse que la operación de reexportación a Cuba de esos dos equipos por una persona parecería ser redituable solamente cuando forma parte de un “paquete” mayor en el que también se importan otros productos como equipaje acompañado.

Cuando se toma en cuenta el costo del pasaje, el precio del equipo, gastos de hotel, alimentación, transporte interno y otros gastos incurridos en Panamá, la venta sola de los dos equipos en Cuba ofrecería una ganancia muy pequeña.

A los efectos de este trabajo no se han distribuido los costos mencionados en el párrafo anterior entre los dos productos. Es un supuesto que no refleja la realidad, pero que permite simplificar el análisis para concentrarlo en los ingresos y gastos directamente relacionados con el equipo.

Visualizando precios y márgenes  

 La fórmula utilizada para construir el gráfico es la siguiente:

Precio = costo / (1- % margen)

Solamente se considera como costo el precio de170 USD pagado por el equipo en Zona Libre.

La principal ventaja de este método es el propio margen en cuanto facilita calcular la frontera del porcentaje máximo de los descuentos aplicables.

Tomando como datos de partida el costo y los diferentes niveles de precios, se calcula el margen para esos diferentes niveles de precios.

Los resultados se han representado en una primera tabla:

Se han indicado en el gráfico los siguientes puntos notables:

Precio privado que más se repitió en la semana anterior al 15/10/2019: 670 USD (aprox. 650 CUC)

Precio privado más bajo observado en la semana anterior al 15/10/2019: 618 USD (aprox. 600 CUC)

Precio anunciado para la venta en tiendas estatales en divisas: 361 USD

Precio límite inferior privado: 300 USD [Suma del precio de adquisición del equipo en Zona (170 USD) y del costo específico (130 USD) para colocar el equipo en el mercado interno)].  

Precio mayorista en Zona Libre de Colón:  170 USD

El gráfico permite observar claramente la lógica reducción del margen en la medida en que desciende el precio de venta en el mercado interno cubano.

A continuación, se explora el posible valor explicativo que pudiera tener el gráfico.   

Fronteras de competitividad

El primer efecto que se aprecia en el gráfico es que los precios que queden a la izquierda del “punto rojo” que representa el precio de 361 USD anunciado en las tiendas estatales dejarían de ser competitivos.

En otras palabras, “saldrían” de ese mercado los comerciantes privados que no sean capaces de llevar el precio del producto al nuevo “centro de gravedad” de 361 USD definido por un nuevo concurrente que tiene una escala enorme en ese mercado (las tiendas estatales). Es probable que esta “expulsión” abarque un grupo relativamente grande de suministradores privados.

Solamente se mantendrían aquellos comerciantes privados que tuviesen márgenes que les permitieran llevar el precio privado a ese “centro de gravedad”, aunque inevitablemente ello implicaría una pérdida de rentabilidad.

Este segundo gráfico en rigor no dice algo novedoso. Las conclusiones son intuitivas y lo que aporta el gráfico es una cuantificación aproximada y una visualización de los parámetros de competitividad.

El centro del gráfico lo ocupa una zona relativamente estrecha de competencia en la que pudieran coexistir empresas estatales y privados. La frontera superior la marcaría el precio estatal de 361 USD, mientras que la inferior la marcaría “técnicamente” un precio de 300 USD, que es el que iguala la suma del precio pagado en Zona Libre (170 USD) más el costo específico para colocar el producto en el mercado interno (130 USD).

Es decir, un vendedor privado que ofertase a 300 USD tendría “cero margen”.

Una posibilidad que indica el gráfico es que pudieran existir algunos vendedores privados que compitieran con precios algo inferiores a 361 USD, pero eso conllevaría a márgenes pequeños. Es algo que abre la puerta a un análisis respecto a la posibilidad de si los privados pudieran reducir sus costos.

 Precisamente a la derecha del gráfico se ubica una segunda zona de “no competencia” para los privados, esta vez relacionada con los costos. Sin embargo, es una zona en la que -técnicamente- las tiendas estatales pudieran ser competitivas precisamente porque sus menores costos (difíciles de precisar por falta de información) les permitirían reducir precios por debajo del precio límite de 300 USD del sector privado.

El problema es que no parece existir razón para que las tiendas estatales redujeran el precio una vez que hubiesen “sacado” del mercado a posibles competidores privados.

Probablemente la zona más interesante del gráfico sea la zona de competencia pues, si por alguna razón el sector estatal decide suprimir la “cohabitación”, una reducción moderada de precios estatales estrecharía rápidamente la zona de competencia, “sacando” del mercado a los comerciantes privados que tuviesen los mejores márgenes, pero que nunca tendrían la capacidad de competir en materia de costos con las empresas estatales.

Posibles escenarios

Potencialmente, si se lo propusiese, el sector estatal estaría en condiciones de eliminar muy rápidamente la competencia privada en el mercado en divisas de un equipo como los splits de aire acondicionado, lo cual probablemente sería extensible al resto del surtido de las nuevas tiendas.

Sin necesidad de tener que considerar muchos más factores, la combinación de la gran escala de las empresas estatales a las que pertenecen las tiendas y del monopolio estatal del comercio exterior, crean una especie de “efecto Gulliver” que muy probablemente transforme en un eufemismo hablar de competencia en este segmento dolarizado del mercado interno cubano

He leído comentarios en estos días relativos a las posibles estrategias de adaptación del sector privado. Uno de ellos mencionaba la posibilidad de reducciones de costos gracias a una eventual disminución de precios de productos y de servicios de transporte por parte de las entidades de la Zona Libre de Colón, bajo el supuesto de que esas entidades no desearían perder los clientes privados cubanos. El problema que veo es que una parte muy importante de la demanda interna en Cuba para esos productos va a concentrarse en el sector estatal y, por tanto, esa reducción de demanda que experimentarían los comerciantes privados se transmitiría a través de toda la cadena. Es decir, que los privados cubanos dejarían de ser percibidos en Zona Libre como una clientela importante.

Otro comentario se refiere a que los privados que actualmente importan el surtido que ofertarán las tiendas estatales reajustarían su perfil para hacer importaciones de otros productos como pudieran ser la ropa, el calzado, y la electrónica y electrométricos no ofertados por las tiendas en divisas, o que son ofertados por otras cadenas de tiendas estatales a precios con los que los privados pueden competir. Es probable que existan esos espacios, pero no habría que descartar una reproducción del “efecto Gulliver” en algunos de esos surtidos, incluyendo algunos que, como la ropa y el calzado, parecen brindar ventajas al comercio privado y no al estatal.

De nuevo, esta nota simplemente se propone explorar el tema y sus cuantificaciones no son precisas. No obstante, el probable rango de variación de las cantidades no parece que pudiera modificar las tendencias de la curva del gráfico ni las hipótesis sobre las fronteras de competencia que se han descrito.

Es probable que se reciban comentarios de algunos lectores que contribuyan a precisar datos y a mejorar el análisis, algo que se agradecería mucho.

Resumiendo, el problema es que mientras los bienes importados que comercializa internamente el sector privado deban ser ingresados en el país como importaciones no comerciales, el espacio del comercio privado es muy frágil frente al “efecto Gulliver”.

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