El “centrismo” en Cuba: la invención y la ausencia.

La que ha sido llamada una “antología de textos” sobre el “centrismo” en Cuba es una compilación de panfletos políticos. El tono de “denuncia” y el lenguaje fogoso del volumen así lo evidencian (Centrismo en Cuba: Otra vuelta de tuerca hacia el capitalismo, La Pupila Insomne, 28 de junio de 2017).

No se utiliza aquí el término de panfleto político de manera peyorativa sino para identificar un tipo de “literatura de combate” relacionado con un debate ideológico en un tiempo y espacio específicos. Un género al que un autor como Paul Louis Courier ha llegado a calificar como “veneno impreso”.

Hacia finales del mes de junio de 2017, La Pupila Insomne disponía de un término que estaba listo para ser empacado en forma de una “antología”, algo que quizás podría ayudar a darle una imagen de cariz intelectual a lo que hasta entonces había sido una secuencia de panfletos sueltos.

La situación había progresado desde lo que parece asumirse como el momento “fundacional” del término “centrismo” en el marco de La Pupila Insomne, el 17 de marzo de 2016, con la publicación de “Centrismo, nacionalismo de derecha y anexionismo simbólico” . Desde aquel momento, y hasta el tercer trimestre de 2017, el “centrismo” se abrió paso entre un grupo de términos sucedáneos, que ocasionalmente se han reforzado mutuamente, a los que finalmente el “centrismo” se ha impuesto, aunque el término ha acabado por aparecer frecuentemente acoplado al término “tercera vía”, al cual se le equipara. Ese ha sido el dúo ganador, con ligera ventaja para el “centrismo”.

Además de “tercera vía”, entre los términos afines que se han manejado se encuentran: “tercera posición”, “moderados”, “reformismo”, “neo contrarrevolución” (a secas o caracterizada como socialdemócrata), “nacionalismo de derecha con pretensiones de centro”, “élite del golpe suave”, y “centro- cipayos”. Todos y cada uno de estos “conceptos” son mencionados en la “antología”.

Probablemente esa lista no incluye todos los términos lanzados al ruedo en apenas doce meses, pero en cualquier caso es una evidencia de que tuvo lugar una intensa “emulación” en materia de etiquetas panfletarias.

Pero hubo más. El “centrismo” y sus términos sustitutos raramente han sido formulados “en seco”. Casi siempre han ido acompañados de expresiones como las siguientes: “romper la columna vertebral a la contrarrevolución”, “en su onanismo no dejan de rebuscar incluso en figuras del ideario revolucionario”, “sus judas”, “sus mercenarios”, “segmentos internos cooptados o comprados”, “crimen de lesa política”, “un acto de traición histórica”, “cáncer en la sociedad cubana”, “estafa”, “funcionales a la dominación imperialista”, “subordinados mansos y manejables”, “esbirros”, “cubanos de alquiler”, y “creado en los tubos de ensayo de los centros de subversión del enemigo”. Todas y cada una de esas expresiones se encuentran en la “antología”. Ese es el exaltado contexto narrativo que normalmente acompaña la descripción del supuesto “centrismo”.

Con antelación al 17 de marzo de 2016, el “centrismo” no era parte de la controversia política pública en Cuba. De hecho, solamente dos de los catorce autores de la “antología” se habían referido anteriormente al “centrismo”. El primero en mencionar la supuesta existencia de una posición política de “centro” fue Emilio Ichikawa, filósofo cubano residente en Estados Unidos, en un texto titulado “Cuba-EEUU: Relaciones entre gobiernos y promiscuidad civil”, publicado en su blog el 24 de marzo de 2015. Al día siguiente, Iroel Sánchez reprodujo parcialmente el texto de Ichikawa en La Pupila Insomne como parte de una nota titulada “Cuba: La hoja de ruta y la tercera vía”. Meses después, Sánchez mencionaría el término “centro”, en su texto “Anthony Blair llega a Cuba”, publicado en La Pupila Insomne el 14 de septiembre de 2015.

Con la excepción de Emilio Ichikawa y de Iroel Sánchez, no ha sido encontrada evidencia de que los otros doce autores de la “antología” hayan manejado los conceptos de “centrismo”, “centro” y “centristas”. Eso no fue óbice para que varios de ellos se hayan convertido, en cuestión de meses, en expertos “emergentes” en la materia.

Sin embargo, con posterioridad a la visita de Barack Obama a Cuba, en la segunda mitad de marzo de 2016, La Pupila Insomne publicó una secuencia de textos sobre el “centrismo” que ha registrado dos “picos” de actividad. El primero se produjo en los meses de abril y mayo de 2016, cuando se publicaron en esa plataforma digital al menos ocho textos que explícitamente contenían los términos “centrismo”, “centrista”, o “centro”, mientras que el segundo “pico” se registró entre el 30 de mayo y el 28 de junio de 2017, con siete textos, justo antes de la publicación de la “antología”.

¿Gato por liebre?

Probablemente el episodio más extravagante del proceso que ha convertido al “centrismo” en moneda corriente del lenguaje político cubano de 2017 fue su propio momento “fundacional”. La supuesta adjudicación de la sustantivación inicial del término –en el contexto cubano- al destacado intelectual Fernando Martínez Heredia se basa en un equívoco impensado o en una farsa intencional. Habría que precisar el asunto con quienes lanzaron al vuelo esa idea.

Es desatinado atribuirle lo que parece proyectarse como la fundamentación razonada original del término “centrismo” –en Cuba-a Martínez Heredia, tal y como se sugiere en una entrevista publicada inicialmente en Cubadebate y reproducida parcialmente en La Pupila Insomne el 17 de marzo de 2016. El “blitzkrieg” (guerra relámpago) de La Pupila Insomne contra lo que califica de “centrismo” comenzó con la publicación de esa entrevista y no antes.

El hecho verificable es que, en esa entrevista, Martínez Heredia nunca utilizó los términos “centrismo”, “centrista”, o “centro”. (Ver, Rosa Miriam Elizalde e Ismael Francisco “Obama, no pierda la oportunidad de hacer algo histórico”, Cubadebate, 17 de marzo de 2016, http://www.cubadebate.cu/noticias/2016/03/17/obama-no-pierda-la-oportunidad-de-hacer-algo-historico-podcast-video-y-fotos/#R40430120170807)

En esa entrevista, el término “centrista” es enunciado únicamente en una de las preguntas formuladas por la periodista, que fue expresada de la siguiente manera: “Fernando, usted mismo ha alertado de la existencia en Cuba de un nacionalismo de derecha, que está en contra del bloqueo pero también implícita o explícitamente en contra de la Revolución, invocando posturas centristas”.

La respuesta de Martínez Heredia en la entrevista no contiene el término “centrista”, ni sus variaciones “centrismo” o “centro”, como tampoco pueden ser localizados esos términos en ninguno de los doce textos de su autoría que fueron publicados en La Pupila Insomne (23 de mayo, 11 de mayo, 23 de febrero, y 16 de febrero, de 2017; 19 de octubre, 27 de septiembre, 5 de agosto, 29 de abril, 10 de abril, y 19 de marzo de 2016; y 24 de diciembre y 21 de octubre de 2015).

Eso no impidió, sin embargo, que una sección de la entrevista original de Cubadebate (17 de marzo de 2016) fuese subtitulada “El centrismo”, ni evitó que el título con el que fue parcialmente reproducida la entrevista en La Pupila Insomne (17 de marzo de 2016) fuera “Centrismo, nacionalismo de derecha y anexionismo simbólico. Por Fernando Martínez Heredia”. En ambos casos parece tratarse de ejercicios de libertad editorial muy imaginativos.

Cuando uno de los autores de la “antología” dice que “Fernando Martínez Heredia, señala que en Cuba existe hoy un nacionalismo de derecha con pretensiones de centro” (Elier Ramírez, pág. 28), este autor no hace más que dar rienda suelta a su imaginación pues se refiere a algo que Martínez Heredia nunca expresó en la entrevista de referencia. Simplemente se trata de una aseveración falsa.

Otro de los autores -Iroel Sánchez- repite esa entelequia en un texto posterior a la publicación de la “antología” (La Pupila Insomne,  10 de julio de 2017) cuando expresa que “Alguien con la integridad de Fernando Martínez Heredia, interrogado sobre lo que hoy se califica como “centrismo”, lejos de cuestionarlo como “etiqueta”, o asociarlo al “Quinquenio gris” que vivió y sufrió como pocos, cuando la periodista Rosa Miriam Elizalde le preguntó al respecto lo asoció al “dominio de la burguesía de Cuba,…”.

Eso es totalmente incierto. Martínez Heredia no “asoció” el “centrismo” a cosa alguna. Simplemente el término “centrismo” no fue utilizado por Martínez Heredia en esa entrevista.

¿Ausencia quiere decir olvido?

Lo más interesante de este episodio no es solamente la adjudicación falsa de la sustantivación intelectual inicial antes descrita sino el relativo escamoteo que se hace de la verdadera “paternidad” de la conceptualización del término en La Pupila Insomne por parte de otro intelectual cubano, en este caso, Emilio Ichikawa. Como se ha indicado, Ichikawa había ofrecido una definición de lo que él denominó una posición de “centro” o “moderada”, desde el 24 de marzo de 2015, siendo el “centro“ la tercera de cuatro posiciones identificadas por Ichikawa respecto a la manera de abordar “temas dominantes” del “interés público sobre Cuba”.

Existen varias referencias posteriores en La Pupila Insomne a esa conceptualización “adelantada” de Ichikawa, pero el hecho es que cuando se le quiere conferir lustre intelectual al término “centrismo”, no se menciona a Ichikawa sino que se acude a la invención fabricada alrededor de la entrevista a Martínez Heredia. Se ha ejemplificado anteriormente el caso de Elier Ramírez (pág. 28).

Por otra parte, si bien Iroel Sánchez ha contribuido al mito de aquella entrevista, Sánchez ha sido consistente en utilizar a través del tiempo la conceptualización de “centrismo” proporcionada por Ichikawa, como se observa en los dos textos de la “antología” que ha firmado, aunque advirtiendo sus “diferencias ideológicas” con Ichikawa y aclarando “no compartir totalmente sus divertidas analogías” (Ver, de Sánchez, “Emilio Ichikawa sobre #CubaImposible y la soledad del cogedor de fondos”, 25 de junio de 2016, y “¿El centrismo se vuelve vestigial?”, 16 diciembre 2016, La Pupila Insomne).

Obviamente, ni Sanchez ni ningún otro autor de los textos de la “antología” puede citar definición alguna del “centrismo” aportada por Martínez Heredia, por la sencilla razón de que tal definición no existe.

No obstante, la consistencia de Sánchez respecto a las conceptualizaciones de Ichikawa parece tener límites. El rango completo de los posicionamientos políticos expuesto en el citado texto de Ichikawa del 24 de marzo de 2015 nunca ha sido reproducido completamente por Iroel Sánchez en sus artículos de la “antología”.

Ha faltado algo a lo que Ichikawa denominó la opción D: “Defensores del régimen político y críticos de la normalización de las relaciones Cuba-EEUU, sería el izquierdismo radical, nostálgicos del fidelismo, etc.”. (El texto completo original publicado en la versión anterior del blog de Ichikawa ha sido eliminado de la web, pero existe una versión accesible en otro sitio https://villagranadillo.blogspot.fr/2015/03/la-noticia-de-hoy-en-caliente-del.html)

Parecería que la opción D enunciada por Ichikawa pudiera representar algún tipo de contrariedad para La Pupila Insomne.

En cualquier caso, entre desacertadas invenciones y convenientes omisiones, el 17 de marzo de 2016 pudo haber marcado el inicio de una leyenda. El mito del “centrismo” parece estar funcionando, entre otras cosas, porque el apego a la verdad no es necesariamente un requerimiento de las operaciones de propaganda.

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