Dos comentarios sobre las PYMES agropecuarias en Cuba. Si no es ahora, ¿cuándo?

Se presentan dos comentarios al texto publicado por el colega Armando Nova “La agricultura cubana y las PYME”, publicado en On Cuba News el 18 de mayo de 2021. La agricultura cubana y las PYME | OnCubaNews

¿Hacia una versión “light” de PYMES en el agro cubano?

PRIMER COMENTARIO (18 de mayo de 2019)

Pedro Monreal

Cuando se habla de posibles PYMES en el agro cubano, el punto de partida son las fincas de propietarios privados y de usufructuarios: 35,7% de la superficie agrícola y 78,2% de la producción de viandas y hortalizas. Es el tipo de gestión donde más urge un formato empresarial.

El colega Armando Nova ha publicado una propuesta de la que fraternalmente discrepo en dos puntos: la noción de que las fincas asociadas a CCS no deben considerarse como PYMES, y relegar las PYMES a servicios, apoyo y contadas producciones. (Ver el texto de Nova al final) https://oncubanews.com/cuba/economia/la-agricultura-cubana-y-las-pyme/

En rigor, la legislación cubana (Decreto Ley 365) define la CCS como una modalidad de baja intensidad cooperativa pues los productores mantienen propiedad y usufructo sobre la tierra, son propietarios de otros medios y de la producción obtenida. Se produce en la finca, no en la CCS.

La propia estadística oficial cubana coloca en una categoría aparte “CCS y privado”, separada de las otras dos formas cooperativas (UBPC y CPA).

La sugerencia de que el espacio de las PYMES se circunscriba a actividades de servicios, de apoyo y de algunos productos (p.ej. biofertilizantes) entra en abierta contradicción con la realidad del campo cubano donde la producción privada es crucial.

Desconocer que las fincas privadas que pertenecen a una CCS gestionan la producción de manera privada y que existe apropiación privada de los resultados, “serrucha el piso” de la modernización institucional del principal actor productivo privado del agro cubano.

Cuando se piense en PYMES agropecuarias en Cuba las fincas privadas y de usufructuarios tienen el número uno. Desde hace tiempo, esas fincas sostienen la producción nacional de alimentos. Sustituir la restringida “persona natural” por el formato de PYME debería ser el próximo paso.

¿Qué pudiera aprenderse de las PYMPAS de Costa Rica para mejorar el tejido empresarial de la agricultura cubana?

SEGUNDO COMENTARIO (19 de mayo de 2019)

Pedro Monreal

Siguiendo con el tema de un eventual establecimiento de PYMES en el agro cubano, pudiera ser conveniente revisar la experiencia de Costa Rica con las empresas del tipo “Pequeño y Mediano Productor Agropecuario” (PYMPAS). No para copiar, sino para aprender.

La inscripción en Costa Rica de una pequeña finca en la categoría de PYMPA confiere ventajas al pequeño productor (crédito, impuestos, y ayudas estatales) y mejora el tejido productivo nacional mediante el fortalecimiento del formato empresarial. (1)

El trámite para la inscripción de PYMPAS es relativamente sencillo. Permite reducir el riesgo inherente de productores de pequeña escala en una actividad clave (empleo y alimentos) que está expuesta a las incertidumbres, especialmente las climatológicas, en mayor grado que otras actividades.

Algunas ventajas de las PYMPAS: mejor acceso a créditos, avales estatales para solicitar préstamos, exención del impuesto a las personas jurídicas, dispensa de la realización del control de emisiones de vehículos, y prioridad en la distribución de ayudas de emergencia.

Los parámetros de tamaño de la finca para la determinación de pequeño y mediano productor agropecuario (PYMPA) no se establecen a partir de una cifra única del # de hectáreas, sino mediante una escala diferenciada que toma en cuenta el tipo de actividad.

En Cuba, las PYMES en fincas privadas y de usufructuarios permitirían a estas beneficiarse de las ventajas generales de la persona jurídica (p.ej. responsabilidad limitada y mayor disponibilidad de capital) y de beneficios adicionales como los de las PYMPAS de Costa Rica.

Las PYMES agropecuarias en Cuba facilitarían que las fincas privadas y en usufructo -pilar de la producción de alimentos- tuviesen, en tanto personas jurídicas, facultades para hacer comercio exterior directo y para captar inversión extranjera. Es decir, para “destrabar” restricciones.

Notas:

1 Sistema Costarricense de Información Jurídica. “Sistema de Registro del Ministerio de Agricultura y Ganadería, para Certificar la condición de pequeño y mediano productor agropecuario (PYMPA)”. Documento N° 37911-MAG http://www.pgrweb.go.cr/scij/Busqueda/Normativa/Normas/nrm_texto_completo.aspx?nValor1=1&nValor2=75656

La agricultura cubana y las PYME

Se avizora el protagonismo de las PYME en las transformaciones impulsadas por el sector agropecuario cubano.

por  Armando Nova González

Publicado originalmente en On Cuba News.

Mayo 18, 2021

Preámbulo

El sector agropecuario cubano ha iniciado un importante proceso de transformaciones osadas y profundas, en el que se avizora el protagonismo de las PYME (pequeñas y medianas empresas).

Ante este escenario de importante participación la cooperativa posee el 44% de la tierra agrícola, mientras que la forma productiva usufructuaria y la privada concentran alrededor del 20 % y el 3% de este recurso, respectivamente. En estas dos últimas formas es donde radican las posibilidades de clasificación de las PYME de producción agrícola. No obstante, vale aclarar que el usufructuario suele estar vinculado, en la mayoría de los casos, a las formas cooperativas existentes.

Concepto y características generales de las PYME

Las PYME suelen desempeñar un papel importante en la economía de un país, debido a que participan en la generación de empleos y contribuyen a incrementar la oferta de productos y servicios, motivando aportes, en su conjunto no poco significativos, al Producto Interno Bruto (PIB).

En realidad, las PYME suelen comprender, además de las pequeñas y medianas, a micro empresas operadas por una persona natural o jurídica bajo alguna forma de organización. Por lo general están compuestas por profesionales con suficiente competencias y calificación para desempeñarse en las áreas de finanzas, mercadeo, producción y servicios tecnológicos, o cualquier otra área económica-productiva.

Debido a su tamaño, objetivo, capacidad y necesidad de competir, las PYME también suelen necesitar cierto apoyo y protección del Estado, a través del otorgamiento de créditos o financiamientos, así como de ayudas en la gestión, innovación y desarrollo tecnológico.

Este tipo de estructuras empresariales encierran, además, ventajas y desventajas. Algunas de las ventajas son:

  • Capacidad para generar empleos.
  • Mayor adaptabilidad y flexibilidad para ajustarse a las nuevas modalidades del mercado debido a su tamaño. Atención a las señales del mercado.
  • Poseen mayor flexibilidad para adaptarse a los cambios tecnológicos.
  • Mayor implicación de los trabajadores, gracias a su relación de proximidad, o más identificación con la empresa en sí.
  • Servicio, trato personalizado y cercano a los clientes.

Respecto a las desventajas, se pueden enumerar las siguientes:

  • Vulnerabilidad ante las oscilaciones de la economía (devaluaciones de la moneda, por ejemplo).
  • Limitaciones en la capacidad económica y, en consecuencia, de la capacidad para competir.
  • Menor posibilidad de expansión.
  • Dependencia de ayudas financieras de entidades bancarias o del propio Estado, para realizar inversiones necesarias para su inicio o crecimiento.

Clasificación o identificación de las PYME

No existe un concepto o definición única de las PYME, ya que la clasificación de micro, pequeñas o medianas empresas se corresponde a la economía y a las particularidades de cada país, aunque existen consideraciones generales al respecto. 

Las PYME se caracterizan por promover la innovación trabajando con la lógica, los intereses y la cultura. Se encuentran atentas al comportamiento del mercado y a los pequeños espacios o nichos no cubiertos, que suelen manifestarse en el ámbito de la economía.

Dentro los aspectos que suelen caracterizarlas se encuentran:

  • Heterogeneidad y diversidad.
  • Poseen entre 1 y 250 trabajadores (variable según las características de cada país y su economía).
  • Son independientes y cumplen un papel fundamental en la economía de cada país.
  • Sus costos de inversión no suelen ser elevados.
  • Pueden convivir y producir en un mismo sector, con diferentes cantidades de trabajadores o producción.
  • No suelen actuar en mercados internacionales.

Un criterio para su clasificación puede ser el número de trabajadores que las integran; también el monto de las operaciones en efectivo, ya sea por las ventas o ingresos, magnitud de las utilidades, es decir, existe diversidad de variantes. Sin dudas, este pudiera constituir un criterio a considerar para la clasificación de las PYME en la economía cubana y la agricultura.

Impulsar o no las PYME. Incentivos

Existen diversidad de criterios para fomentar o no las PYME. En ocasiones, los gobiernos, buscando potenciar el crecimiento, sitúan en un segundo plano a las PYME. Lo más usual consiste en concentrar el apoyo en las grandes empresas. Esto se debe a que estas tienen un mayor peso en el PIB y a que resulta más complejo ayudar a varias entidades. Es decir, apoyando a las más grandes los recursos se concentran.  

Otros consideran que apoyar a las PYME podría ser la manera de generar un punto de arranque a la salida de las recesiones económicas.

En realidad, las PYME pueden desempeñar un papel importante en el desarrollo económico de un país; pueden realizar y lograr un aporte importante del capital en su constitución, sin tener que acudir al financiamiento total por parte del Estado (gobierno); así como también en la generación de empleo, en el incremento de la oferta de bienes y servicios, en el fomento de la competencia. Con ello: impulsar el desarrollo de la economía y mejorar la distribución del capital bajo las premisas del emprendimiento. De igual forma, las PYME poseen necesidades específicas, que corresponde al Estado (gobierno) atender, ya que necesitan cierta protección e incentivos que les permitan competir con las grandes empresas. Respecto a ello se puede hacer mención a líneas de crédito con condiciones especiales, beneficios impositivos, entre otras.

Las PYME agrícolas

En el sector agropecuario cubano resulta apropiado iniciar el análisis por la composición de las diversas formas o bases productivas existentes y este examen debe estar apoyado en dos indicadores fundamentales: 1) hectárea por cooperativa y 2) hectárea por miembro integrante, que a su vez posibiliten medir su comportamiento en las CCS (Cooperativa Crédito y Servicios), CPA (Cooperativa Producción Agropecuaria) y en el sector privado.

En realidad, el segundo indicador antes mencionado posibilita medir (ver el siguiente cuadro), al tiempo en que ejemplifica que cada miembro de las CCS es el menor poseedor de las hectáreas promedio; le sigue la forma productiva privada, y así sucesivamente, hasta llegar a las CPA.

Entidades y cooperativas en el Sector Agropecuario Fuente: Elaboración del autor. Disponible en “El Cooperativismo en la Economía Cubana”, Editorial Temas 2021.

En el caso agrícola cubano, tomando como referencia el indicador de las hectáreas promedio por productor, de forma preliminar se puede considerar que las CCS y las formas productivas privadas, clasifican como pequeñas empresas; mientras que el Usufructuario y las CPA como medianas empresas. Debe tenerse presente que las CCS y las CPA funcionan bajo las formas de producción cooperativas, y no se consideran propiamente PYME.

Ahora bien, ¿dónde pudieran existir espacios para el desarrollo de las formas productivas PYME en el sector agropecuario? Evidentemente, en las producciones de servicio, de apoyo, y de productos propiamente. Entiéndase: en la producción de biofertilizantes, bioproductos de control de plaga y enfermedades, servicios de mantenimientos y reparación de equipamiento, maquinaria, implementos, equipos de riego, transporte, introducción y asistencia técnica para la FER (Fuentes de Energía Renovable), entre otros.

De igual forma, podrían desarrollarse en las actividades de apoyo logístico, particularmente en la transportación, comunicación, servicio de laboratorios, automatización, robótica y organización de las redes productivas, etc. Estas futuras PYME, pueden brindar servicios a las UBPC (Unidades Básicas de Producción Cooperativa, que ocupan el 23 % de la tierra agrícola1) y a las empresas estatales. También los servicios jurídicos, trámites, contabilidad y auditoría podrían formar parte de las actividades de las PYME en apoyo al sector agropecuario.

Sin dudas, las PYME radicarán en los territorios (municipios), y harán gestión de promoción y venta en la solución de los problemas productivos propios del territorio. Como PYME, tendrán cuenta bancaria, personalidad jurídica propia y cumplirán las obligaciones fiscales establecidas. 

Notas:

1 Producen  6, 3 y 17 %  de la producción de origen vegetal, cárnicos (peso en pie) y leche, respectivamente, de la producción total de 2019. 

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