Crecería casi un 780 % el precio mensual por persona de la canasta familiar normada a partir del “Día Cero”

Con la información fragmentada que ha circulado hasta el momento en relación con la llamada “Tarea Ordenamiento” -un paquete de política económica que incluye subidas de salarios, pensiones, y precios, así como la eliminación de subsidios- no es posible aclarar cómo se materializaría uno de los principales supuestos que han sido enunciados oficialmente: la pretensión de que se mantuviese el equilibrio macroeconómico basado en que los precios estatales tendrían aumentos “muy por debajo” del crecimiento de los salarios y pensiones estatales.

Hay algo que debe ser aclarado: el valor de los bienes y servicios ofertados a precios estatales tiene una escala muy grande, pero existe también una oferta del sector privado (formal e informal) cuyos precios reales (no los de las listas reguladas) tienen un impacto en el poder de compra de las personas y también el equilibrio macroeconómico, y esa es una dinámica de precios que debe ser considerada.

Adicionalmente, la ampliación de la oferta en tiendas que venden exclusivamente en “moneda libremente convertible” (MLC) dificulta la medición de los incrementos de precios porque los productos y servicios “nuevos” que se oferten -generalmente con precios muy altos- no tienen necesariamente un punto de referencia anterior para comparar precios.

¿Qué datos se conocen?

Son conocidos los incrementos esperados en el valor de algunas variables económicas, algunas informadas directamente y otras calculadas indirectamente:

Devaluación (pérdida relativa del valor del peso cubano CUP frente al dólar USD): 2100 % [asumiendo una nueva tasa de cambio de 22 CUP = 1 USD. Calculado por el Dr. Mauricio de Miranda].

Incremento del fondo salarial estatal: 390 % (crecimiento de 4,9 veces).

Incremento de pensiones: 400% (crecimiento de 5 veces).

Los datos de salarios y pensiones son importantes porque significan que los incrementos de precios de la oferta estatal deberían registrar crecimientos “muy por debajo” de 390 %.

Existe también información correspondiente a unos documentos -aparentemente oficiales- que fueron “filtrados” en marzo de 2020 y que volvieron a resurgir recientemente.

Como en estos días se ha hablado de cifras que tiene un valor “pedagógico” en relación con el proceso de “ordenamiento”, utilizamos esos datos en ese mismo plano. Es decir, como parte de un ejercicio ilustrativo sobre posibles escenarios. (1)

Una de las cifras mencionadas en días recientes ha sido la “Canasta Básica de Bienes y Servicios de Referencia”, que aparentemente se ha estimado en 1528 CUP “para que una persona en la Cuba de hoy pueda cubrir las necesidades básicas con el objeto de reproducir su fuerza de trabajo y de media persona más”. (2)

Como parte de la información existen listados “filtrados” que comparan los precios actuales y futuros de la canasta familiar normada (CFN).

¿Qué pudiera ocurrir con los precios de los alimentos de la “libreta”?

En los listados “filtrados” de precios se incluyeron todos los productos de la “libreta” y no solamente los alimentos, pero en este breve texto nos limitaremos a estimar el incremento que pudiera producirse en el precio total de los alimentos de la CFN.

El gráfico No. 1 identifica los incrementos de precios e introduce -como referencia- el “marcador” representado por una devaluación de 2100%.

En el Anexo 1 se presenta una tabla con los cálculos realizados.

El Anexo 2 refleja la información de los documentos “filtrados” correspondientes a los precios de los productos de la CFN.

Utilizando una cuota mensual “representativa”, se ha calculado el cambio de precios desde la situación actual hasta la nueva etapa que comenzaría con el “Día Cero”.

El estimado del precio total mensual por consumidor adulto aumentaría desde el valor aproximado actual de 26,10 CUP hasta 229 CUP, es decir, un incremento de 777 % del precio total mensual.

Conclusiones.

El muy alto incremento de aproximadamente 780 % del precio mensual por persona de la CFN reflejaría el doble proceso de incremento de precios (por el impacto de la devaluación) y de la eliminación de subsidios. En ese sentido, se trataría de un incremento de precios que debería ser más elevado que el aumento de los precios de alimentos que hoy no son subsidiados.

La carencia de datos suficientes dificulta hacer un cálculo confiable del incremento de precios promedio estatales que se ha dicho que estaría “muy por debajo” de 390 %.

En cualquier caso, los alimentos son cruciales porque se ha estimado que representan entre el 55 % y el 71 % de los gastos de un hogar, y se conoce que la CFN solamente garantiza una parte de las necesidades de alimentos de una familia cubana. (3) Esas circunstancias pudieran crear un límite a la efectividad de una política de incrementos de precios estatales moderados como la que se ha estado anunciando.

En condiciones de una deprimida producción nacional de alimentos y de restricciones para la importación de alimentos y de los medios para producirlos, un incremento de 390 % de los salarios haría una fuerte presión de demanda sobre una oferta que es poco probable que pueda responder adecuadamente.

El ajuste pudiera venir entonces por dos vías: agotamiento e inestabilidad de la oferta estatal que se comercialice con precios controlados (por fuera de la CFN), e incremento de precios “reales” de la oferta del sector privado, con independencia de que traten de imponerse precios máximos de manera administrativa.

Los mercados en MLC ofrecen una alternativa para el abastecimiento de alimentos en un porciento de los hogares, pero tiene el gran inconveniente de que, en general, es un proceso separado de los resultados del trabajo.

Existiría un problema adicional porque la fijación administrativa de precios máximos tendría un impacto negativo en los procesos productivos de alimentos del sector privado y cooperativo, los cuales son cruciales para la oferta nacional de alimentos en Cuba.

La devaluación del CUP y el incremento de precios reducirán los ahorros de los productores agropecuarios privados y cooperativos y estos productores necesitan un mecanismo que les permita adaptarse a las nuevas condiciones, lo cual requiere -entre otros factores- que los precios reflejen las nuevas condiciones de oferta y demanda.

La evidencia disponible, aun en ausencia de datos oficiales, indica que la política de los llamados “topes” de precios impuestos al sector privado no funcionaron bien en condiciones como las de 2019, que eran mucho menos complicadas que las del presente año.

En ese sentido, bastaría comparar los precios “reales” de los alimentos que deben pagar las personas con los precios administrativos que supuestamente deberían utilizarse.

La economía es implacable con los intentos de torcer ciertas regularidades. El incremento de ingresos combinado con devaluación sustancial de la moneda nacional, con una limitada respuesta de oferta, y con amplios controles de precios suele conducir a un resultado conocido: combinación de inflación reprimida y de inflación abierta. Más que alternativas excluyentes muy probablemente se combinen. Eso ya ha ocurrido varias veces.

Notas:

1 Ver “La devaluación “que viene” del peso cubano. Notas sobre tasa de cambio, precios y salarios”, blog El Estado como tal, 7 de septiembre de 2020, https://elestadocomotal.com/2020/09/07/la-devaluacion-que-viene-del-peso-cubano-notas-sobre-tasa-de-cambio-precios-y-salarios/

2 Delio G. Orozco González, “El Día Cero y una carta al Presidente”, La Joven Cuba, 11 junio 2020, https://jovencuba.com/2020/06/11/carta-presidente/

3 Betsy Anaya Cruz y Anicia Esther García Álvarez. “Dinámica de gastos básicos en Cuba” IPS Cuba, 28 de septiembre de 2018, https://www.ipscuba.net/economia/dinamica-de-gastos-basicos-en-cuba-primera-parte/

ANEXO 1

ANEXO 2

Categories: En primera persona