El río, las piedras y lo que no suena: ¿devaluación y deflación al acecho?

Hay que agradecer a Ariel Terrero, quien debe estar bien informado, por haber alertado acerca de que “hay dos cosas que no se van a conocer antes de que lleguen: el Día Cero y la nueva tasa de cambios”.

La información la ha reportado Prensa Latina en un artículo titulado “Ordenamiento monetario en Cuba, cuando el río suena…”, firmado por Mario Muñoz Lozano. (1)  

Respeto mucho el trabajo de Ariel. Es actualmente el informador más competente sobre la realidad cubana en medios oficiales de alcance nacional. No solamente informa, sino que también polemiza y anima muy bien el debate.

Obviamente, la decisión que Ariel comenta, y que han tomado otros (no el periodista), es criticable.

Si los funcionarios no informan con precisión sobre temas que pudieran “complicarle” aún más la vida a no pocas personas, algo llenará ese vacío. Precisamente ya lo hemos visto en forma de audios y listados “filtrados”.

Es un asunto que tiene dimensiones de derecho, de política, y de ética que deberían ser tomadas en cuenta.

La consideración de que “la masa” es receptora pasiva -para bien o para mal- de las políticas públicas es una de las grandes trabas de la política económica nacional. Me refiero al plano de la realidad, no al discursivo.

Me concentro ahora en el tema de los salarios que ha estado comentándose a partir de los audios y listados informales.

El punto es importante porque aparentemente sería el incremento de salarios de los trabajadores del sector estatal el principal mecanismo para buscar un punto de “equilibrio” (hacia arriba) respecto a los incrementos de precios que estarían relacionados con la devaluación y con la eliminación/reducción de algunos subsidios.

Existe otro posible mecanismo de compensación -los subsidios “focalizados” en personas y grupos sociales vulnerables, incluyendo los jubilados-, pero a eso me referiré en un texto aparte. Ahora me concentro en los eventuales incrementos de salarios.

Las cifras de base.

Aunque todavía no ha sido publicado el capítulo sobre “Empleo y salarios” del Anuario Estadístico 2019, se informó el pasado mes de enero que en 2019 el total de trabajadores estatales era de 3 079 500. (2)

También se conoce que el salario promedio de los trabajadores estatales en 2019 fue de 879 CUP mensuales. (3)

Al disponerse de series multianuales de estos dos indicadores (número de empleados y salario promedio), pudiera calcularse de manera aproximada la masa salarial para cada año en el sector estatal. Se expresa en valores corrientes (no ajustados a la inflación). No es un dato preciso, pero es útil. (4)

Un indicador que se utiliza en Cuba para “vigilar” que no se produzca crecimiento económico inflacionario es la circulación mercantil minorista.

En ese sentido, es útil identificar la relación que ha existido en años recientes entre la masa salarial y la circulación mercantil minorista.

Se observa una relativa estabilidad en los últimos cinco años de la serie, con poca variación del cociente, en un rango entre 1,08 y 1,18.

El dato de circulación mercantil minorista para 2019 no está disponible y por eso no puede calcularse el cociente. Es un año interesante porque se produjo un incremento de 7 050 millones de pesos como resultado del incremento de salarios de los trabajadores del sector presupuestado.

Las cifras de un eventual incremento de salarios.

Se conoce el dato oficial de que el salario medio de los trabajadores del sector presupuestado ascendió a 1 065 CUP en 2019. (5)

Aproximadamente se correspondería con el salario del grupo de complejidad XIV (1 030 CUP que tiene un coeficiente de 2,58). (6)

Con la información de los listados “filtrados” no es posible identificar con precisión cuál pudiera ser el nuevo salario promedio para todo el sector estatal una vez que se produzca el aumento de salarios.

Una alternativa consiste en calcular de manera aproximada el nuevo salario promedio asumiendo que este se correspondería con el salario del grupo de la escala del documento “filtrado” que tuviese un coeficiente próximo a 2,58. El supuesto es que pudiera ocurrir algo parecido a lo que sucedió con el salario medio del sector presupuestado.

En la escala del documento “filtrado”, un posible estimado del nuevo salario medio se correspondería con el grupo 11 que tiene un coeficiente de 2,56 y un valor de 5 765 CUP.

Como se trata de un ejercicio de aproximación, se redondea la cifra a 5 700 CUP, asumiéndola como el nuevo salario medio estatal mensual. Equivaldría a un salario medio anual de 68 400 CUP.

Si se multiplica esa cifra por 3 millones de empleados estatales (supuesto de empleo adoptado en esta nota), la masa salarial alcanzaría 205 200 millones de CUP en un año. 

Si a la cifra de 205 200 millones de CUP se le resta la masa salarial calculada para 2019 (32 482 millones de CUP) significaría un monto adicional de masa salarial de 172 718 millones de CUP, una cifra 24 veces superior al incremento de los salarios del sector presupuestado en 2019 (7 050 millones CUP).

Estimando el nivel de la nueva la circulación minorista.

Al hacer la estimación, se asume que para que fuese un incremento salarial que mantuviese un cociente “normal” entre la circulación monetaria y la masa salarial se adopta el cociente de 1,12 que fue calculado para 2018.

Multiplicando la masa salarial (205 200 millones de CUP) por el cociente de 1,12, se obtendría un estimado de circulación mercantil de 229 824 millones de CUP. Se redondea la cifra y se utiliza el nivel de 230 mil millones de CUP.

Ese sería el nivel “necesario” de circulación mercantil minorista para que el incremento salarial se mantuviese en la proporción de relativa estabilidad que se ha observado entre ambas variables en años recientes.

Para que se tenga una referencia, el Producto Interno Bruto (PIB) de Cuba a precios corrientes en 2019 fue de 100 023 millones de CUP (columna de color rojo en el gráfico).

¿Cómo gestionar el nivel “necesario” de circulación mercantil minorista?

Cuando se compara el punto de partida de la circulación mercantil minorista de 32 175,5 CUP en 2018 con el nivel “necesario” (230 mil millones CUP) que se ha estimado para se mantenga una proporción “normal” entre circulación mercantil minorista y masa salarial, se registraría una tasa de crecimiento de 615% en la circulación minorista.

Ese sería el incremento de valor del indicador que se requeriría para dar el “salto” hacia el nivel “necesario” de circulación minorista que posibilitaría un nuevo punto de “equilibrio” -hacia arriba- respecto a la nueva masa salarial incrementada.

El valor de la circulación mercantil minorista es el “producto” de dos variables: cantidad física de la oferta minorista y precio. Una combinación de incrementos de ambas variables aumentaría el valor de la circulación minorista.

En un extremo del espectro de posibilidades, con la misma cantidad física de la oferta, el valor de las ventas minoristas pudiera incrementarse mediante un aumento del precio.

Variante # 1. “Choque de precios”.

Una variante pudiera ser gestionar el alcance del nuevo punto de “equilibrio” mediante un incremento súbito y por una vez de los precios.

Por ejemplo, con la misma oferta física actual de la circulación mercantil minorista, un incremento promedio de precios de 615% llevaría la circulación minorista al nivel “necesario” para que esta mantuviese una correspondencia con los nuevos salarios.

Se asumiría que sería posible buscar un “equilibrio hacia arriba” mediante un aumento elevado de precios “por una vez”, pero que luego se mantendría de manera efectiva la proporción entre masa salarial y circulación mercantil minorista para que no hubiese un proceso inflacionario. Es decir, habría un incremento de precios aislado al principio, pero se evitaría una inflación posterior como resultado de poder mantener controlada la relación entre demanda agregada y oferta a nivel de toda la economía.

La clave para que tal supuesto funcionase es la capacidad de respuesta de oferta y ese es un componente problemático del sistema económico de Cuba. Tal capacidad ha demostrado ser muy débil, incluso antes de la crisis relacionada con la COVID-19.

Con una devaluación grande, ese supuesto pudiera complicarse de dos maneras. En primer lugar, porque una devaluación introduce una presión inflacionaria “automática” e inmediata, mientras que el incentivo para que la estructura económica se “ajuste” a la devaluación (reemplazando importaciones y aumentando exportaciones) no se materializa inevitablemente. Deben existir la institucionalidad, los incentivos y los recursos que permitan que tal ajuste se produzca.

En segundo lugar, asumiendo que existiese capacidad para efectuar el ajuste, este tomaría tiempo en dar resultados, mientras que la inflación “trasladada” desde la devaluación ocurriría desde el principio.   

Variante # 2. Contener el incremento inicial de precios mediante un aumento inmediato de la oferta física.

Por las razones explicadas anteriormente, la opción de incrementar la oferta física parece inviable en el corto plazo. Desde antes de la crisis asociada a COVID-19, la producción de componentes importantes de la circulación minorista, incluyendo los alimentos, presentaba serios problemas.

En medio de la contracción actual, y en ausencia de una transferencia de recursos desde el exterior, no es razonable esperar incrementos sustanciales de oferta física en el corto y mediano plazo, al menos no de manera amplia.

Esa limitante incrementa las probabilidades de que el ajuste “hacia arriba” ocurra básicamente por la vía del incremento de precios.

Variante # 3. Revaluación del CUP respecto a la tasa de cambio para operaciones individuales.

La revaluación del CUP pudiera tener dos componentes, con posibilidad de aplicación de uno de ellos o de los dos simultáneamente.

Revaluación del CUP en la tasa de cambio con el CUC para operaciones individuales: En caso de que la “recogida” del CUC no se efectuase aplicando la tasa de cambio de 1 CUC = 24 CUP, sino una tasa con un CUP revaluado, por ejemplo, de 1 CUC = 20 CUP, entonces pudiera reducirse el monto de la masa monetaria en CUP que se “inyecta” en el mercado interno por la vía del cambio del CUC.

Esa es una opción que se ha aclarado oficialmente hoy (10 de septiembre de 2020) que no es parte de las medidas del proceso. (8)

Revaluación del CUP en la tasa de cambio con el USD para operaciones individuales: En caso de que la compra de CUP con divisas se efectúe aplicando una tasa de cambio de 1 USD = 20 CUP, en vez de la tasa actual aproximada de 1 USD = 23 CUP (cifra “redondeada” desde 23,34) se trataría de un CUP revaluado en el contexto de la tasa de cambio para operaciones individuales. (7)

Permitiría reducir -en relación con la tasa actual- el monto de la masa monetaria en CUP que se “inyecta” en el mercado interno por la vía del cambio de divisas. (9)

A los efectos de un ejercicio de ilustración, se asume un nivel total de remesas anuales de 3000 millones de USD y se considera que se gastarían en su totalidad en el consumo interno. Una parte de ese gasto se produciría en el ámbito de la circulación mercantil minorista. Son supuestos “maximalistas” pues se considera que no se destinarían remesas al ahorro. (10)

Con una tasa de 1 USD = 23 CUP, como la que aproximadamente existe ahora, si se cambiasen todas las remesas (3000 millones USD) por CUP, equivaldría a 69 mil millones de CUP que representarían una demanda solvente que se supone que estaría respaldada por una oferta mercantil.

Nótese que en el supuesto de que las remesas fuesen 3000 millones de USD anuales, equivalentes a 69 mil millones de CUP, esa cifra sería más del doble de la masa salarial de 2019 estimada en este texto (32 482 millones de CUP). Si se adoptase el supuesto mucho más conservador de que las remesas fuesen de 1500 millones de USD, su equivalente en CUP (34 500 millones) todavía sería superior a la masa salarial estimada.

Si se modificase la tasa a 1 USD = 20 CUP, los 3000 millones de USD equivaldrían a 60 mil millones de CUP, es decir habría 9 mil millones menos de demanda solvente en CUP presionando sobre el mercado. En principio, significaría que el gobierno pudiera planificar un gasto extra de 9 mil millones de CUP sin que esto representase un incremento de demanda solvente porque una cantidad equivalente de CUP (originada en remesas) habría sido “retirada”. Serían 9 mil millones de CUP con los que se pudieran financiar parte del incremento de salarios, de subsidios, pensiones u otros gastos presupuestarios.

En cualquier caso, debe tomarse nota de que incluso un calculo “maximalista” como el de los 9 mil millones de CUP descrito anteriormente produce cifras relativamente pequeñas en comparación con el estimado de 230 mil millones de CUP de circulación mercantil minorista.

Adicionalmente, habría que considerar que la creación de un mercado segmentado dolarizado -sin que medie tasa de cambio alguna- debe reducir la inyección de liquidez en CUP que pudiera originarse en las remesas. Es decir, la dolarización parcial que se ha expandido recientemente pudiera -en principio- reducir el resultado de la aplicación de un posible esquema de revaluación del CUP en la tasa de cambio con el USD para operaciones individuales.

Es importante aclarar que no estoy proponiendo aquí ninguna de las variantes anteriormente descritas. Me he limitado a explorarlas y a tratar de explicarlas de manera general.

¿Cómo gestionar la compensación inicial de un “choque” de precios?

En las “filtraciones” recientes se ha mencionado la asignación de una cantidad de dinero individual (se dice que 1000 CUP) de manera anticipada al “choque” de precios para poder mitigar -a nivel de consumo básico- el impacto inicial.

No queda claro quiénes recibirían esa supuesta asignación: ¿todas las personas inscritas en el registro de consumidores (OFICODA)?, ¿los trabajadores estatales?, ¿los trabajadores estatales y los jubilados?

No obstante, parece que el componente central de la compensación inicial del “choque” recaería en un incremento súbito de los salarios.

Como estamos asumiendo -basados en evidencia anterior- que el incremento de la masa salarial debe mantener una determinada correspondencia con la circulación mercantil, se requeriría de un incremento de valor de 615% para llegar al nivel “necesario” de circulación mercantil minorista (230 mil millones de CUP) respecto al valor de ese indicador en 2018 (32 175,5 millones de CUP).  

Se asume en esta nota que, dado lo impracticable de incrementar en el futuro inmediato la oferta física de la circulación minorista, el ajuste consistiría principalmente en un incremento general de precios. Es decir, haría falta un “choque” inicial de precios de 615%.

En el caso de la masa salarial, según los supuestos de este texto, se produciría un crecimiento de 617% (desde el nivel de 28 596 millones de masa salarial en 2018 hasta el estimado de 205 200 millones de CUP).

Es decir, alcanzar la proporción “normal” entre salarios y circulación mercantil minorista en un nuevo punto de “equilibrio” significaría, en términos prácticos, incrementos similares de salarios y de precios minoristas de aproximadamente 615%.

Se trataría de incrementos inferiores a una asumida devaluación de 1900% del CUP en su tasa oficial (desde su actual nivel de 1 USD = 1 CUP hasta el de 1 USD = 20 CUP).

Resumiendo,

Parecen existir probabilidades de que una devaluación de 1900% del CUP pudiera estar acompañada de incrementos de salarios y de precios minoristas de aproximadamente 615%, para poder llevar la circulación minorista al índice “normal” que esta ha tenido en años recientes respecto a los salarios.

En una situación de crisis y de poca capacidad de respuesta de oferta, la tarea inicial de mantenimiento de la proporción entre masa salarial y circulación mercantil minorista dependería fundamentalmente de un “choque de precios”.

No se trata de un cálculo exacto ni de un pronóstico, pero facilita explorar el asunto.

El enfoque que aparentemente consistiría en producir un “choque” inicial de precios que establezca “hacia arriba” un nuevo nivel de equilibrio que luego no fuese inflacionario parece descansar en el supuesto problemático de que inmediatamente después habría capacidad de respuesta de oferta al nivel que se necesita para un equilibrio macroeconómico a mediano plazo.

La evidencia reciente, incluso anterior a la COVID-19, no parece apoyar tal supuesto.

Para favorecer la respuesta de oferta se necesita una reforma económica sustantiva que no acaba de despegar, incluyendo el fortalecimiento del sector privado. Asumiendo incluso que ese tipo de reforma comenzara pronto, sus resultados no serían inmediatos.

Con una maxidevaluación de 1900% -sin dudas necesaria- acompañada de un aumento de demanda efectiva, incluyendo un “salto” salarial, y restringida por el lado de la oferta, se incrementaría la probabilidad de que el futuro ajuste -posterior al “choque” inicial de precios- pudiera venir por el lado de una reducción de la demanda en algunos o en todos de sus componentes (consumo de hogares, consumo de gobierno, inversión e importaciones), con consecuencias deflacionarias que reducirían el crecimiento económico y que quizás lo llevasen a un estado “estacionario”, sin descartar una recesión.

No estoy pronosticando. No puede afirmarse anticipadamente que esto sucedería de esa manera, pero parece existir un riesgo deflacionario.

Notas

1 Mario Muñoz Lozano. “Ordenamiento monetario en Cuba, cuando el río suena…”, Prensa Latina,7 de septiembre de 2020, https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=394760&SEO=reforma-monetaria-en-cuba-cuando-el-rio-suena

2 Oscar Figueredo Reinaldo, Abel Padrón Padilla. “Miguel Díaz-Canel: Necesitamos un Ministerio de Trabajo sin trabas”.  Cubadebate, 18 enero 2020 http://www.cubadebate.cu/noticias/2020/01/18/asiste-presidente-cubano-al-balance-del-ministerio-de-trabajo-y-seguridad-social/#.X1eCOYuxU-U

3 ONEI. Salario medio en cifras. Cuba 2019. Enero-Diciembre 2019. http://www.onei.gob.cu/node/14895

4 La “masa salarial” no es un indicador de la estadística oficial cubana. Es un indicador de trabajo que ha calculado el autor de este texto para poder hacer una aproximación a determinadas proporciones entre salarios y circulación mercantil minorista.  

5 Oscar Figueredo Reinaldo, Lissett Izquierdo Ferrer, Edilberto Carmona Tamayo. “Cuba en Datos: De bolsillos y billeteras, hablemos del salario”, Cubadebate, 4 septiembre 2020

6 Gaceta Oficial No. 13 Extraordinaria de 18 de julio de 2019 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social sobre el aumento de salario para pensionados y trabajadores del sector presupuestado https://www.cubahora.cu/economia/aumento-salarial-gaceta-oficial-publica-los-detalles

7 El 9 de septiembre de 2020 la tasa de cambio del Banco Metropolitano era 1 USD = 0,9725 CUC. Si se multiplica esa cifra por 24 (tasa de cambio 1 CUC = 24 CUP), el resultado “cruzado” de ambas tasas sería 1 USD = 23,34 CUP.

8 “Banco Central de Cuba aclara rumores sobre el supuesto comienzo de la unificación monetaria”, Cubadebate, 10 de septiembre 2020, http://www.cubadebate.cu/noticias/2020/09/10/banco-central-de-cuba-aclara-rumores-sobre-el-supuesto-comienzo-de-la-unificacion-monetaria/?fbclid=IwAR2bJHoYLV0ryCszy6CbrA96c1_S-RvkAQakQDSKQlKtLIa0QiZEBq2JLXU#.X1o9n4uxU-V

9 Es una variante que había sugerido, desde hace tiempo, el colega Humberto Pérez. “Reforma monetaria acompañada del aumento de salarios y pensiones. Reflexiones y sugerencias”, “Catalejo”, de la revista Temas. La primera parte fue publicada el 22 de junio de 2018 http://www.temas.cult.cu/catalejo/reforma-monetaria-acompa-ada-del-aumento-de-salarios-y-pensiones-reflexiones-y-sugerencias  . La segunda parte fue publicada el 25 de junio de 2018 http://www.temas.cult.cu/catalejo/reforma-monetaria-acompa-ada-del-aumento-de-salarios-y-pensiones-reflexiones-y-0 . Otro artículo de Humberto Pérez sobre el tema puede consultarse en “Comentarios sobre la unificación de las tasas de cambio en Cuba”, blog El Estado como tal, 20 de noviembre de 2017 https://elestadocomotal.com/2017/11/20/humberto-perez-comentarios-sobre-la-unificacion-de-las-tasas-de-cambio-en-cuba/

9 La circulación mercantil minorista se refiere a la masa mercantil del sector estatal, es decir, abarca solamente una parte del comercio minorista pues no incluye otros segmentos del comercio minorista. Por otra parte, los salarios son solamente una parte de la demanda efectiva de la población pues no se incluyen otras fuentes de ingresos, como es el caso de las remesas, que tienen una escala muy grande.

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