Identificando el “lastre” sectorial de productividad y las condiciones para solucionarlo
Cuba tiene un serio problema de productividad y no se notan avances en su solución. La agro-pesca, sector productivo con mayor número de trabajadores (casi 20% del empleo nacional) es el de más baja productividad, alcanzando apenas la quinta parte de la productividad media.

En el gráfico, el tamaño del círculo representa la escala relativa del sector en términos de empleo. El círculo rojo es el mayor lastre para la productividad nacional. Esa “bolita” roja necesita un nivel de apoyo en inversiones y “liberación de fuerzas productivas” que no acaba de darse.
Con ese lastimoso nivel de productividad en el mayor empleador del país, el desarrollo de Cuba es una quimera. Es el sector donde la actividad privada tiene mayor peso y por tanto las soluciones al problema de la productividad deben concentrarse en el apoyo a lo privado.
La narrativa oficial va por otro lado, pero los datos son claros: los privados gestionan 62,8% de la superficie con cultivos temporales y producen 75,6% de las viandas y hortalizas, 52% del arroz, 77,9% del frijol, 83,8% de las frutas, 63,9% de la leche y 34% del cerdo
Productividad, empleo y la necesidad de abordar las PYMES privadas
La reducción del empleo parece haber sido un factor clave en el incremento de la productividad de Cuba entre 2013 y 2018. Creció a un promedio anual de casi 4%, reflejando no solamente un aumento de 2% en el PIB, sino también una reducción de casi 2% en el empleo total.

Solamente existieron tres actividades con crecimientos promedios anuales de productividad superiores al de la productividad del PIB en los que simultáneamente se dieron incrementos de empleo: construcción; hoteles y restaurantes; y transporte, almacenamiento y comunicaciones.
Las reducciones de empleo más agudas se produjeron en sectores tradicionales -minería y azúcar-, pero con registros muy distintos de productividad. La minería tuvo uno de los mayores incrementos anuales de productividad (6,39%). Sin embargo, a pesar de experimentar la segunda mayor contracción de plantillas, el azúcar fue la única actividad donde la productividad tuvo decrecimiento promedio anual, principalmente debido al desplome del valor de la producción azucarera a un ritmo anual de 7,75%.
La actividad de la agro-pesca, la de menor productividad del país, creció a un promedio anual de casi 5%, auxiliada en gran medida por una reducción promedio anual de 3% en el número de trabajadores.
Durante la etapa 2013-2018 se produjo una progresiva desindustrialización de Cuba: el valor de la producción industrial se contrajo 0,78% promedio anual, con un ligero crecimiento promedio anual de productividad de 1,51%, gracias una reducción anual de plantilla de 2,25%.
La reciente dinámica de productividad y de empleo en Cuba sugiere que lo que se denomina usualmente como “potenciar reservas internas” pudiera consistir, en buena medida, en la reducción de plantillas laborales.
Es el tipo de alternativa que conduce a dos preguntas: ¿Dónde crear los nuevos puestos de trabajo que compensarían las reducciones de plantilla?; y ¿Con cuáles niveles de productividad? La primera tiene que ver con el empleo no estatal, la segunda con las PYMES privadas
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