JUAN FERRÁN OLIVA. Nosotros, los de a pie

Texto tomado de “Sine Die”, una serie de artículos publicados por el Dr. Juan M. Ferrán Oliva, distribuida mediante correo electrónico. Número 51, Publicado el 22 de agosto de 2019.

El sabio habla de las ideas, el inteligente de los hechos, y el hombre vulgar de lo que ha comido”. Proverbio chino.

La Revolución cubana marcó un punto de inflexión al retar verticalmente al Imperialismo Norteamericano. El mal ejemplo ha sido seguido por otros. Hoy en día es Venezuela quien lidera la postura soberana al Sur del Rio Grande. Es acompañada por Nicaragua y Bolivia con sus socialismos electorales. También, en menor grado, por otros Estados y fuerzas en ocasiones domeñados. China, Vietnam, Laos, Cuba y Corea del Norte son monopartidistas. Los 3 primeros actúan pragmática y exitosamente.  El comunismo dinástico de Corea del Norte es incomprensible para mi mente occidental. Cuba intenta, pero aún no logra.

Neoliberalismo, comunismo, capitalismo, terrorismo y otros ismos son etiquetas del marketing político. Catequizan o demonizan, según sea el caso. Una simplificación maniquea pero esclarecedora sería la de izquierdas y derechas. Las primeras tienen como objetivo al pueblo y las segundas a la ganancia capitalista.

El socialismo es un rótulo atractivo adoptado por algunas naciones. Actualmente se ha llegado a la tácita aceptación de que los Estados son socialistas cuando sus objetivos se centran en el ser humano. Siendo genuinos, por supuesto.

Un cínico afirmó que quienes gustan de las salchichas y la política no deben ver como se hacen.  Malos y buenos se las amañan para no ceder poder. Los primeros suelen mentir, los otros pueden convertir la verdad en una proposición aceptada por la opinión pública. Un consenso no alcanza la categoría de hecho.

El actual equipo gubernamental cubano lleva a cabo una intensa gestión. Trabaja sin descanso y sus días parecen tener más de 24 horas. Adopta como divisas subjetivas el SOCIALISMO, LA REVOLUCIÓN Y LA CONTINUIDAD. Además, recomienda PENSAR COMO PAÍS. Su actual tarea es el zurcido de una ilusión que se esfumó con la desaparición del mundo soviético. Se trata de encontrar el modelo idóneo que será ajeno al diseñado en los manuales. Por su parte la prensa local intenta reverdecer el arrebato de los primeros años y adoctrina de manera agobiante. Apenas informa.   Por suerte, aún tenemos TV Sur; no es perfecta, pero se acerca a lo que siempre soñé.

Entre los gobernados hay fatiga política. Algunos llenan el vacío con la religión y filosofías baratas; otros con la apatía y no faltan los discrepantes. La justificación formal de la emigración es económica, pero encierra un reproche.  Han cambiado las generaciones y las circunstancias ideológicas. En un principio prevaleció una división bipolar: de un lado los integrados y de otro los apáticos. Tal dicotomía ha variado. Una apreciación conjetural pudiera asumir que un 15% de la población adulta actual es fan incondicional del Gobierno.  Otro 15% es enemiga vertical. El restante 70% de masa neutra incluye a los que apoyan al statu quo por conveniencia, a los autónomos, a quienes aspiran a emigrar, a los indiferentes, a los neo anexionistas, etc. Cabe preguntarse si la actual estructura de poder responde a esta diversidad.

Los mecanismos del GOBIERNO cubano (en mayúscula) conforman la Santísima Trinidad del Partido, el Estado y el Ejecutivo. Quien ejerce el poder efectivo es el BURÓ POLÍTICO designado en los cónclaves partidistas quinquenales. Se compone de algo menos de 17 miembros y sus decisiones son omnímodas. Rige a 9 organizaciones de masas y a la prensa mediante sus metafóricas poleas de transmisión. Hasta el III Congreso de 1980 todos los dirigentes de alto nivel eran fundadores. De este modo surgió espontáneamente la identificación de Gobierno y Revolución. Una implicaba la otra. Ya no es así.

Poco menos del 50% de los 505 delegados de la Asamblea Nacional proceden de la base. Los demás son designados por los organismos y organizaciones. Su misión es convertir en leyes las directrices recibidas. Estado y Ejecutivo son como un vehículo que tiene todos los componentes menos el timón. El articulo no. 5 de la Constitución califica al Partido como único, martiano, fidelista, marxista y leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, sustentado en su carácter democrático y la permanente vinculación con el pueblo, es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado. Ello lo coloca por encima de la Carta Magna.

En otras naciones con iguales presunciones socialistas la dirigencia ha de conquistarse con votos. A veces ganan, en ocasiones pierden o los defenestran. No obstante, en unas hipotéticas elecciones multipartidistas, muchos de la masa amorfa cubana votarían al actual Gobierno no por ser el mejor, sino el menos malo ante la amenaza imperialista.

En abril de 2011 se celebró el VI Congreso del Partido después de un silencio de 14 años. Su leitmotiv fueron los LINEAMIENTOS DE LA POLÍTICA ECONÓMICA Y SOCIAL. Constituyen la base de la desiderata buscada bautizada como MODELO ECONÓMICO CUBANO. A este nirvana se piensa llegar mediante aproximaciones sucesivas. Se procura escamotear lo menos posible el modelo prístino que fue a parar al montón de los socialismos utópicos. Sus deficiencias residuales inducen el llamado bloqueo interno.

El pasado 27 de junio el presidente Diaz-Canel informó importantes cambios consistentes en unas 30 medidas que lo romperían. El paquete es encabezado por un incremento salarial para el sector presupuestado. Favorece a casi 1.5 millones de ilusionadas personas. En total se volcarán a la circulación 7.050 millones de pesos que amenazan con incrementar aún más la actual inflación galopante. Se aspira a un control con precios topados en medio de la difícil emulsión del plan y el mercado. Los pertinaces mecanismos de este último se filtran por la porosa pared burocrática lastrada, además, por la corrupción de bajo perfil.

Suponiendo que se lograra la improbable contención, la nueva demanda fagocitaria los escasos productos ofertados. Los estantes estarían aún más vacíos. Se continúa desconociendo que el dinero no es más que un medio de cambio y que el verdadero estimulo es lo que puede hacerse con él; y valga la insistencia. Quizás debió condicionarse el aumento de los ingresos al resultado de las medidas que intentarán quebrar el bloqueo interno. Actualmente, la prensa se dedica a informar sobre los mecanismos que supuestamente evitarán la inflación. De las medidas para romper el bloqueo interno no se dice nada. Y ese es el pollo del arroz con pollo.

SOCIALISMO, REVOLUCIÓN Y CONTINUIDAD son los movilizadores simbólicos enarbolados por el Gobierno. Constituyen su Realpolitik.  Muchas flores y poco potaje, como diría un aldeano en medio de un banquete de alcurnia.

La realidad no es tan idílica. Según Marx y Engels (en LA IDEOLOGÍA ALEMANA):

En la producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a un grado determinado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales…    En general, el modo de producción de la vida material condiciona el proceso social, político y espiritual de la vida. No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino al contrario, su ser social es el que determina su conciencia.

Los distintos modos de producción se caracterizaron por el salto de la productividad respecto a los sustituidos. El esclavismo superó a la comunidad primitiva y fue mejorado por el feudalismo y éste por el capitalismo. Hasta el presente ninguno de los supuestos socialismos ha mejorado la productividad capitalista. En consecuencia, cabe afirmar que no ha existido aún un modo socialista de producción. Es una búsqueda y su esquema ideal posiblemente no será único. Los viejos manuales hubieran considerado revisionistas o algo peor a los gobiernos que actualmente pretenden ser socialistas.

Tanto el Buró, como el Estado y el Ejecutivo son continuadores de los precursores de 1959. La perpetuación de la lucha iniciada en 1868 es una presunción prematura cuya afirmación o negación corresponderá a futuras generaciones.

Por otra parte, se convierte a la Revolución en auto de fe, casi en religión. Técnicamente, la cubana concluyó antes de 1970. Con posterioridad siguió la evolución de un modelo fallido. Actualmente no hay revolución sino recomposición. Una búsqueda de algo nuevo.

La estrategia política vigente es incentivar emotivamente ante la ausencia de resultados económicos. El objetivo a lograr es mantener la soberanía nacional y fijar al ser humano como centro. Y todo ello superando el subdesarrollo, respetando a la Naturaleza y en democracia. Nada fácil, pero es el único camino.

Quizás la rémora sea el modelo de Gobierno.  Confío en que quienes lo ejercen PIENSEN EN PAÍS, como preconizan.  Disponen de experiencia, información y asesoría. No son amos sino servidores del pueblo y hay que exigirles sin sobrecogimientos.  AMEN.

Sobre el autor

Juan M. Ferrán Oliva. Economista. Premio Casa de las Américas 2015 por su ensayo histórico-social Cuba año 2025.  Investigador Titular y Profesor Titular Adjunto de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana.

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